jueves, 10 de noviembre de 2011

Epifanema:ni epifania ni poema: Esperanza.

Joyce nos brinda una hermosa definición de lo que es para el una epifanía; instante de misterio que se revela sobre nosotros y que manifiesta el secreto último de las cosas,  manifestación espiritual repentina, ya sea en la vulgaridad del habla o del gesto o en una frase memorable de la mente. Creía que era propio del hombre de letras registrar esas epifanías con extremo cuidado, considerando que son los momentos más delicados y evanescentes.


Epifanema: Esperanza (hay metafisica a la vuelta de la esquina...)


El hombre era tosco. Trabajaba desde chico en el mismo barrio. Conocía a todos y a cada uno de los vecinos de la zona. Abría su taller todos y cada uno de los días de la semana a las 7.30 hs,  vistiendo su mameluco engrasado por el tiempo,  durante todos estos autos.
Era lo que se dice un hombre relativamente honesto. Vivía de su trabajo, en forma modesta, tal vez con un dejo de tacañería y de rudeza. Había aprendido el oficio mirando a sus mayores, ahora su sobrino  -un tarambana al que le gustaban las mujeres último modelo y las apariencias- estaba de aprendiz,  pero sin éxito y sobre todo sin el empeño que él tenía en sus años mozos.
Durante estos largos años había sobrevivido a varias pérdidas. Su padre, un hermano mayor, tíos, su madre, amigos, su gran amor.  Jamás una lágrima, su rutina y su aspereza lo hacían dar vuelta de página sin más ni menos.
Sin embargo como al pasar, le confesó tímidamente avergonzado,  a una clienta desconocida, a riesgo de quedar como un tipo medio loco, que  días anteriores, sin saber por qué, al mirar el cielo bellamente estrellado de la noche buena,  agradeció poder estar vivo y deseó  sorprendido,con todo su ser, ver la luna de varias navidades más.