Como buen
analista, lo vi por última vez en un sueño.
Estaba
sentado frente a grandes ventanales, entre pensativo y distraído,
La puerta
del consultorio estaba semi - abierta
(costumbre
que tenía últimamente, ¿para no tener que volver a pararse?)
Pasé y en
señal de broma,- había mucho humor en nuestros encuentros-,
le tapo los
ojos desde atrás, jugando a que adivinara quién era.
Los
encuentros no seguían una frecuencia pre fijada, respondían a ciertas “epifanías
de mi inconsciente”, podían pasar meses y meses…o días.
Hasta
entonces, si hay hasta entonces, era nuestro saludo de despedida.
Amante de
las paradojas y las sutilezas, hincha de Nadal , del humor sagaz, de los puntos
suspensivos.
Y como decía
él, en una frase que me parecía adorable y que aludía deleuzianamente a la
incompletud de todo saber:
sus textos estarán definitivamente inconclusos…